¿Sabías que, durante casi 300 años, solo los hombres podían formar parte de la Real Academia Española? Sin embargo, en 1978 todo cambió: fue Carmen Conde, una de las voces de la Generación del 27, la primera mujer en entrar en esta importante institución literaria, ocupando el sillón con la letra “K”, que había quedado vacío tras la muerte del dramaturgo Miguel Mihura.
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Su pasión eran los libros desde pequeña
Carmen Conde nació el 15 de agosto de 1907, en Cartagena, y desde que era pequeña le encantaba leer y escribir, aunque en casa no le daban mucha importancia a sus sueños de ser escritora. ¡Pero eso no la detuvo!
Decidió seguir su pasión, y a lo largo de los años, escribió más de 100 libros: se dedicó a escribir poesía, cuentos infantiles, novelas y ensayos y, además, fue una gran maestra que transmitió a muchos niños y niñas su pasión por los libros.
Una vida llena de premios y logros
A los 22 años, Carmen ya había publicado su primer libro, La Lectura; en la década de los 40, Ansia de la Gracia le abrió la puerta al mundo editorial y al reconocimiento literario, y obtuvo su gran éxito con Canciones de nana y desvelo, un libro para niños y niñas con el que ganó el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil en 1987, además de muchos otros premios, galardones y nombramientos.
Como autora de la Generación del 27, fue amiga de otras escritoras importantes de la época, entre las que encontramos a Ernestina de Champourcín (una autora y activista) y juntas hablaban de la influencia que tenían en su poesía autores como Juan Ramón Jiménez, Gabriel Miró y clásicos como Santa Teresa de Jesús o Fray Luis de León.

Pero, como ya hemos dicho, no solo fue escritora, también fundó junto a su marido una escuela llamada Universidad Popular de Cartagena, donde enseñaba a niños, niñas y adultos a leer, a escribir y un montón de cosas más.
Su entrada en la Real Academia Española
El 28 de enero de 1979, cuando entró en la RAE, Carmen pronunció un discurso muy especial, titulado Poesía ante el tiempo y la inmortalidad. En él, les dijo a los académicos varones que, durante años, las mujeres habían sido ignoradas y discriminadas por su género, pero que ahora todo estaba cambiando. ¡Y qué razón tenía!
“Vuestra noble decisión pone fin a una tan injusta como vetusta discriminación literaria”, Carmen Conde.
Cuando Carmen falleció en 1996, dejó un gran legado en el mundo de la literatura. Incluso después de su muerte, su sillón en la RAE fue ocupado por otra importantísima escritora,: Ana María Matute.
Así, gracias a su trabajo, su esfuerzo y su dedicación, los niños y niñas de hoy en día pueden aprender que no hay límites lograr aquello que se propongan.